El pasado miércoles 11 de enero se dio por terminada la décima edición de la Cumbre de Líderes de América del Norte (NALS, por sus siglas en inglés), llevada a cabo en Ciudad de México, en la que participaron el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, como anfitrión.
Ya en la reunión, se tocaron principalmente cuatro temas involucrando a Estados Unidos, Canadá y México: cambio climático, integración económica, migración y seguridad de los tres países.
En la cumbre no se tocó tanto el tema de las energías renovables como en la edición pasada, sin embargo, se pudo ver el apoyo hacia temas que pueden aportar a la integración de dichas energías al sistema energético de la región, como el impulso a los semiconductores y a la electromovilidad.
De acuerdo con la página oficial de la Casa Blanca; Estados Unidos, México y Canadá reconocen la urgencia de medidas rápidas, coordinadas y ambiciosas para construir economías de energía limpia y responder a la crisis climática.
Dentro de la cumbre, se informó de la organización del primer foro trilateral de semiconductores con la industria, a principios de 2023, para adaptar las políticas gubernamentales y aumentar la inversión en sus cadenas de suministro en toda América del Norte. La participación incluirá a altos representantes de la industria y la participación a nivel de gabinete de Estados Unidos, México y Canadá.
De igual forma, se coordinarán esfuerzos de mapeo de la cadena de suministro de semiconductores para desarrollar una comprensión colectiva de las necesidades no satisfechas en este rubro. Se promete que este mapeo con los tres países identificará oportunidades de inversión complementarias.
Adicionalmente, se busca ampliar el mapeo de recursos y reservas de minerales críticos de América del Norte. Los Estudios Geológicos de cada país organizarán un taller trilateral para compartir datos y facilitar la cooperación.
También se convocará a expertos de la industria y el mundo académico en semiconductores, TIC, biofabricación y otras industrias avanzadas clave de fabricación y logística para sesiones de diseño sobre las habilidades necesarias para desarrollar la fuerza laboral de América del Norte durante los próximos cinco años.
Los tres líderes se comprometieron a combatir la crisis climática a través de reducir las emisiones de metano del sector de residuos sólidos y aguas residuales en al menos un 15% para 2030, a partir de los niveles de 2020, y profundizar la colaboración en la medición y mitigación del metano de los residuos y la agricultura, siguiendo con el Compromiso Mundial de Metano a través de la cooperación trilateral sobre las emisiones de metano y carbono negro.
Entre los compromisos relacionados con el sector energético en particular, se distinguió la intención de los tres países de compartir información sobre las mejores prácticas para electrificar y descarbonizar autobuses públicos a través del desarrollo cooperativo de un conjunto de herramientas de descarbonización del tránsito.
Se planea desarrollar un plan marcando estándares operativos y la instalación de cargadores de vehículos eléctricos a lo largo de las fronteras internacionales para garantizar una transición efectiva de carga de vehículos eléctricos de un país a otro.
En relación con la reducción de combustibles fósiles, se busca desarrollar un mercado norteamericano de hidrógeno limpio, que incluya una posible cooperación en investigación y desarrollo, códigos y normas de seguridad, agrupaciones transfronterizas de hidrógeno, corredores de carga ecológicos y operaciones marítimas integradas.
Los líderes revisaron el progreso hacia sus ambiciosos compromisos climáticos, incluido el logro de los objetivos de emisiones establecidos en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y el logro de los objetivos de México anunciados en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto el pasado noviembre.
Los líderes destacaron las oportunidades económicas creadas por la transición de energía limpia de América del Norte, incluidas las inversiones en energía renovable y los créditos fiscales en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación para aumentar la producción de vehículos eléctricos y baterías.
En este rubro, la titular de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, expuso en su cuenta de Twitter que “México podría ser un importante exportador de energía limpia a sus vecinos dado su potencial de recursos de energía renovable de clase mundial, lo que convierte a América del Norte en una potencia de energía limpia”.
Recordemos que México tiene uno de los mejores potenciales fotovoltaicos del mundo para generar electricidad, con una irradiación media anual de 6.36 kWh/m2 por día; dependiendo de la ubicación y la época del año, el valor puede ir de 3 a 8.5 kWh/m2 por día, por lo mismo, la radiación solar es una fuente potencialmente ilimitada en el territorio mexicano.
Según la funcionaria estadounidense, el rápido crecimiento en el despliegue de energía renovable podría permitir que México alcance su meta de generación de energía limpia del 35% para 2024.
Como resultado, la energía renovable de México podría generar altos niveles de inversión, aumentar el acceso a la energía eléctrica, reducir costos para los consumidores y, junto con otras medidas técnicas, mejorar la confiabilidad y resiliencia del sistema eléctrico mexicano.
Granholm recordó que el informe acerca de México realizado por el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) describe cómo México está en una posición ideal para convertirse en un líder en energía limpia.
Como contexto, en abril del año pasado, el Laboratorio Nacional de Energía Renovable publicó su Reporte de Energía Limpia para México en el que concluyó que alcanzar el objetivo para 2024 del 35% de generación de energía limpia es factible con un aumento de 41 terawatts-hora (TWh) o 47% de la generación limpia, lo que se puede lograr con el desarrollo exitoso de proyectos renovables que se han planteado hasta ahora.
Un ejemplo de lo anterior es la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica en México a finales de 2021 que, de acuerdo con el reporte de SolarPower Europe de 2022, superó los 7 Gigawatts (GW) combinando los segmentos de generación distribuida y a gran escala. Solo en 2021, México agregó 1.5 GW de capacidad solar fotovoltaica, lo que resultó en que la energía solar tuviera una participación del 7.9% en la producción de electricidad, del cual 25% (2.03 GW) corresponde a energía fotovoltaica distribuida.
Entre 2019 y 2021 la capacidad instalada en generación distribuida en México incrementó un 46% al pasar de 1.08 a 2.03 GW, además, de acuerdo con el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2022-2036, se espera una evolución exponencial de la generación distribuida en el país, considerando que la capacidad instalada a nivel nacional podría triplicarse hacia finales del 2026 (6.7 GW). Mientras que para 2036, el escenario más reservado plantea un crecimiento del 545% (10.9 GW), y el escenario alterno estima un aumento del 812% (16.3 GW).
La rápida expansión de la energía solar en México refleja la buena adecuación de las fuentes de energía renovable bajo el esquema de generación distribuida en el país, que tiene mecanismos incorporados para aumentar la participación de energía limpia en el mix energético nacional.
En el caso de Estados Unidos, el gobierno del presidente Joe Biden ha impulsado el desarrollo de proyectos de energías renovables. Uno de los más destacados ha sido las subastas para la realización de proyectos de energía eólica marina. Además, datos de la Administración de Información Energética y la Comisión Federal de Regulación de la Energía de dicho país indicaron que las energías renovables añaden cada mes más de 2 mil 250 Megawatts (MW) de nueva capacidad de generación en Estados Unidos.
Algunas de las estrategias que han implementado los tres países partícipes en la cumbre para lograr la descarbonización de sus industrias y sistemas eléctricos son el almacenamiento de energía, el desarrollo del hidrógeno verde y el despliegue de las diferentes energías renovables como la solar fotovoltaica, que, de acuerdo con el análisis para 2023 de la Agencia Internacional de Energía, en capacidad instalada estará a punto de superar a la del carbón para 2027, volviéndose la fuente más presente en el mix energético mundial en ese año.
Es importante mencionar que el despliegue de energías renovables en el mix energético requerirá tecnología complementaria como el almacenamiento de energía para la flexibilidad del sistema eléctrico en conjunto; esto debido a que el almacenamiento, además de incentivar la eficiencia energética y hacer frente a cortes en el suministro eléctrico, permite una integración más orgánica de fuentes sin emisiones a la matriz energética y facilita su integración al sistema eléctrico en general.
Con información de El Economista, El País y Factor Energético.