La sustentabilidad industrial más que una tendencia, es una estrategia clave para mejorar la eficiencia y competitividad empresarial hoy en día.
Con un enfoque en la optimización de recursos, la adopción de principios sustentables permite que las empresas reduzcan costos, mitiguen su impacto ambiental y cumplan con regulaciones internacionales cada vez más estrictas.
En este artículo, exploramos la definición, los principios fundamentales y cómo integrar la sustentabilidad en procesos industriales para obtener ventajas competitivas a largo plazo.
La sustentabilidad se refiere a la capacidad de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y oportunidades de las generaciones futuras.
La sustentabilidad industrial es la adopción de prácticas que optimizan recursos, reducen emisiones y mejoran la eficiencia operativa, asegurando el cumplimiento con estándares ESG.
Implementar un enfoque sustentable va más allá de cumplir con normativas ambientales, se trata de una estrategia que tiene como objetivo mejorar la competitividad en mercados globales cada vez más exigentes con criterios ESG-ASG (Ambientales, Sociales, de Gobernanza), además de fortalecer la reputación empresarial.
Aunque los términos sustentabilidad y sostenibilidad suelen usarse indistintamente, existen matices que los distinguen.
Se enfoca en el uso responsable de los recursos, asegurando que estos se mantengan disponibles para generaciones futuras.
En el contexto industrial, esto implica implementar estrategias que optimicen procesos, reduzcan desperdicios y minimicen el impacto ambiental.
Tiene un enfoque más amplio, integrando no solo la gestión ambiental, sino también aspectos sociales y económicos. El concepto de sostenibilidad busca un equilibrio entre los tres pilares del desarrollo sostenible: ambiental, social y económico, garantizando una operación continua en armonía con el entorno.
Entender estas diferencias dentro del sector empresarial es fundamental para desarrollar estrategias alineadas con los objetivos ESG y cumplir con estándares internacionales que exigen tanto sustentabilidad operativa como sostenibilidad integral.
Los principios de sustentabilidad son fundamentos que permiten equilibrar las necesidades económicas, sociales y ambientales. A continuación, exploramos los más relevantes:
Consiste en optimizar el consumo de energía, agua y materias primas para reducir costos y minimizar el impacto ambiental. Esto implica alcanzar el máximo rendimiento o beneficio posible utilizando la menor cantidad de recursos y esfuerzos necesarios.
Promueve la reutilización, reciclaje y reducción de residuos, extendiendo el ciclo de vida de los productos y disminuyendo la dependencia de recursos naturales finitos.
Abarca el compromiso con el bienestar de las comunidades, promoviendo la equidad social y el respeto a los derechos humanos. En este sentido, las empresas deben priorizar prácticas laborales justas y contribuir al desarrollo social de su entorno.
Consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante prácticas sustentables en la producción, el transporte y la distribución de productos.
En este sentido, de acuerdo con datos de BBVA Research, en 2021 México aportó el 1.4% de las emisiones globales de GEI, posicionándose como el segundo mayor emisor en Latinoamérica, solo por detrás de Brasil.
Los principales gases liberados fueron dióxido de carbono (63.9%), metano (27.7%) y óxido nitroso (5.1%), con los sectores energético y agropecuario como los mayores responsables.
El dióxido de carbono, el principal GEI presente en la atmósfera, se generó principalmente por la quema de combustibles utilizados para la producción de electricidad, calor y transporte, representando el 63.9% del total de las emisiones brutas de México.
Implica la adopción de estándares internacionales y la integración de principios ESG (Environmental, Social, Governance) en los procesos internos. La transparencia en las operaciones fortalece la confianza de los inversionistas y mejora la reputación empresarial.
Tomando en cuenta que la sustentabilidad se enfoca en garantizar que el crecimiento y el progreso no deterioren el entorno natural ni perjudiquen a las comunidades, una de las mejores estrategias para la sustentabilidad es la optimización de recursos desde diferentes ángulos.
México se ha propuesto reducir un 35% las emisiones de GEI para 2030 y la industria desempeña un papel fundamental en el cumplimiento de esta meta.
El sector energético es uno de los principales emisores de GEI, mientras que la gran industria destaca como el segundo mayor consumidor de electricidad en el país, con un 23.7% del consumo total, solo superado por las empresas medianas que concentran el 37.4%, de acuerdo con datos del último Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN).
En este sentido, aumentar el porcentaje de fuentes renovables en la matriz eléctrica, que actualmente es de menos de un cuarto (24.32%), se convierte en una prioridad para la sustentabilidad industrial.
Las empresas pueden contribuir de manera significativa adoptando soluciones energéticas como la generación solar fotovoltaica o contratos de compraventa de energía limpia a largo plazo, que permiten disminuir la huella de carbono sin sacrificar la productividad industrial.
Aprovechar los incentivos fiscales, así como los programas de financiamiento y certificación disponibles, acelera la adopción de energías renovables en los procesos industriales, reduciendo costos operativos a largo plazo, mejorando la competitividad y fortaleciendo la imagen corporativa al alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la transición energética en México.
La automatización industrial es un pilar clave en la adopción de la sustentabilidad industrial, ya que permite optimizar procesos, reducir costos operativos y minimizar el impacto ambiental.
En este contexto, la llamada Revolución Industrial 4.0 ofrece herramientas que pueden transformar la producción al aumentar la eficiencia y mejorar la toma de decisiones en tiempo real.
El uso de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT) y el mantenimiento predictivo posibilita una gestión energética más precisa, evitando desperdicios y optimizando cada fase de los procesos de producción.
Estas tecnologías además de ayudar a reducir la huella de carbono material, también mejoran la productividad al anticipar necesidades, detectar anomalías y prolongar la vida útil de los equipos.
Una ventaja significativa de la automatización es su capacidad para ajustar en tiempo real el consumo de energía mediante sistemas de control avanzados.
Por ejemplo, sensores inteligentes pueden regular la iluminación y la climatización según las condiciones ambientales y la ocupación, evitando consumos innecesarios.
De manera similar, sistemas de gestión energética integrados pueden identificar ineficiencias, permitiendo a las empresas tomar acciones correctivas rápidamente.
Un ejemplo de esto son las microrredes de energía limpia y los sistemas de almacenamiento de energía en baterías o BESS, sistemas que ayudan a garantizar un suministro eléctrico continuo y evitar interrupciones.
Estos sistemas además de optimizar la eficiencia energética, ofrecen una mayor autonomía ante fluctuaciones de la red y aumentan la resiliencia operativa, dos elementos clave para la industria en un contexto de transición energética.
La innovación en procesos de fabricación es otra estrategia práctica para alcanzar la sustentabilidad industrial, ya que permite desarrollar productos con menor impacto ambiental, optimizar el uso de recursos y mejorar la eficiencia operativa.
Como mencionamos anteriormente, entre las estrategias más efectivas se encuentra la economía circular, que impulsa la reutilización de materiales, la reducción de desechos y la incorporación de insumos reciclados en los procesos de producción.
Este enfoque es importante ya que ayuda a disminuir la demanda de materias primas al mismo tiempo que reduce costos operativos y mejora la eficiencia energética.
Por ejemplo, algunas empresas como Caterpillar, Apple o Patagonia están implementando tecnologías de reciclaje avanzado y programas de remanufactura para extender la vida útil de sus productos.
Otra tendencia innovadora es el uso de materias primas alternativas y bioinsumos, como polímeros biodegradables y compuestos basados en biomasa, que sustituyen materiales tradicionales con alto impacto ambiental.
Además, la fabricación aditiva, conocida como impresión 3D, está ganando terreno al minimizar desperdicios y optimizar el consumo de energía en la producción de piezas personalizadas.
Adoptar la sustentabilidad en el ámbito industrial ya no es solamente una respuesta a las demandas regulatorias y sociales; se ha convertido en una estrategia esencial para mantener la competitividad en el mercado global.
Empresas líderes en sectores como la manufactura, energía y automotriz han demostrado que la integración de estas estrategias mejora su rentabilidad y fortalece su reputación y atractivo ante inversionistas que priorizan criterios ESG.
Además, al adelantarse a las normativas futuras y satisfacer las expectativas de consumidores más conscientes, las compañías aseguran su sostenibilidad a largo plazo.
Aquellas empresas que integren estos principios desde ahora estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos de la transición energética y liderar en un entorno económico más competitivo.
Sobre esta línea, te invitamos a ver nuestro webinar “Energía Inteligente: Cómo reducir emisiones y aumentar la competitividad”, donde reunimos a expertos del sector empresarial para analizar los retos y oportunidades que ofrece la implementación de energías renovables y microrredes en México.
Durante la conversación exploramos cómo las tecnologías climáticas pueden convertirse en pilares fundamentales para la competitividad del país y contribuir a la sostenibilidad ambiental en las próximas décadas.
“Este evento ha sido un espacio invaluable para discutir cómo podemos trabajar juntos —empresas, gobierno y sociedad— para impulsar la adopción de energías renovables y asegurar que México esté a la vanguardia en competitividad y sostenibilidad en los próximos años.” Aidana Velázquez, gerente de Relaciones Institucionales en Enlight.
En Enlight, somos especialistas en resolver problemas relacionados con energía, gestionamos de forma integral activos energéticos, desde la planificación, instalación y monitoreo de soluciones para industrias con alta demanda eléctrica, hasta el financiamiento y operación de proyectos.
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