Se ha establecido que las energías renovables, como la solar, son el elemento fundamental para combatir el cambio climático, sin embargo, de los desafíos más importantes que tiene la industria de las renovables a nivel mundial es el almacenamiento y la eficiencia de la energía generada.
Según especialistas, el almacenamiento revolucionará el avance de la energía solar y la adopción de dicha tecnología en diversas escalas de la economía nacional; además, mientras esto sucede, México siendo el quinto país con mayor irradiación solar en el mundo, podría acelerar su transición energética potencialmente.
México pertenece al selecto grupo de 10 países que cuentan con grandes reservas de litio, un elemento esencial para los sistemas de almacenamiento de energía (BESS, por sus siglas en inglés); actualmente contamos con el yacimiento de litio más grande del mundo con reservas probadas de 243.8 millones de toneladas según Mining Technology.
Aunado a esto, la capacidad mundial de almacenamiento de energía solar y eólica alcanzará los 5,000 GW en 2030, esto suma cada vez más a la creación de un nuevo mercado energético y las señales de este mercado son cada vez más claras.
En una década, los precios de las baterías de ion de litio cayeron 87% hasta alcanzar el precio de 156 dólares/kWh (BloombergNEF) y se estima que el mercado del almacenamiento generará ganancias por 300,000 mdd en toda la cadena de valor e inversiones globales por 440,000 mdd para 2030, según el Foro Económico Mundial.
Por otro lado, según Solar Power México, el almacenamiento de energía facilitará el uso común de energías renovables, pues, debido a sus características físicas y operativas únicas, el almacenamiento de energía proporciona una amplia gama de servicios y ventajas a lo largo de la cadena de valor energética.
Empecemos con las ventajas operativas. Los sistemas de almacenamiento energético incrementan la confiabilidad, flexibilidad y operatividad de la red eléctrica, pues acaban con el problema de la intermitencia gracias a que permite el uso futuro de la energía almacenada.
Además, ayudan a nivelar las fluctuaciones repentinas en la oferta y la demanda y proporcionan la capacidad de recuperación del suministro eléctrico durante interrupciones causadas por desastres naturales o fallas en la red.
El almacenamiento también mejora la confiabilidad del suministro eléctrico, ya que puede suministrar efectivamente energía sin los costos, ineficiencias y contaminación generados por las plantas de combustibles fósiles, como el diésel, y al mismo tiempo, promueve la seguridad energética al mitigar los riesgos de dependencia del combustible.
En cuanto a ventajas económicas, el almacenamiento otorga poder a los consumidores al darles un papel más activo en sus decisiones de consumo y generación, así como medios adicionales para reducir sus gastos de electricidad.
El almacenamiento contribuye a reducir costos y a mejorar la capacidad de generación eléctrica para consumidores residenciales, comerciales e industriales, permitiendo que los usuarios finales eviten pérdidas financieras por irregularidades en el servicio eléctrico.
También reduce costos por actualizaciones en infraestructura de transmisión y distribución y representa una nueva industria que puede generar beneficios económicos adicionales a través de la creación de una cadena de valor sustentable: investigación, desarrollo, manufactura, instalación, etc.
En ventajas sociales, el almacenamiento es la tecnología con mayor potencial para apoyar la transición energética hacia las energías renovables, luchar contra el cambio climático y dar cumplimiento a los Acuerdos de París de los que México es parte.
Los sistemas de almacenamiento de energía no generan emisiones directas y no tienen impacto en la calidad del aire relacionado con su ubicación; es una tecnología crucial para dar acceso eléctrico a personas en áreas rurales remotas y contribuye a la seguridad eléctrica del país al diversificar su matriz energética lejos de los combustibles fósiles.
México es una potencia solar; el 85% del territorio nacional se encuentra en el “cinturón solar”, lugar que recibe una irradiación solar diaria anual entre 4.4 kWh/m2 y 6.3 kWh/m2. Esto significa que México puede generar el doble de energía fotovoltaica con la misma capacidad instalada en otros países como Alemania.
Somos de los países con mejores condiciones para emprender la transición energética renovable: contamos con la tercera mejor irradiación solar del planeta, el yacimiento de litio más grande del mundo, una industria fotovoltaica madura y el talento de la juventud STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés), lo que nos permite ser competitivos en toda la cadena de valor de las energías renovables.
Gracias a los bajos costos de la energía solar y eólica en México, los sistemas de almacenamiento representan la oportunidad de satisfacer la creciente demanda energética sin un crecimiento proporcional en los precios de la electricidad, al tiempo de ayudarnos a llegar de manera más eficiente a la generación eléctrica con cero emisiones contaminantes.
Para países con el potencial de componentes renovables como México, participar en la cadena de valor del almacenamiento de energía puede crear oportunidades atractivas en actividades como:
La descarbonización del sector eléctrico es una tendencia imparable a nivel mundial. La eficiencia energética y las energías renovables serán los pilares estratégicos para la descarbonización, particularmente en países con un gran potencial renovable como México.
Con información de El Economista.