En estos meses el mundo ha visto una transformación sin precedentes y las energías renovables están en la primera línea de cambios que no tendrán vuelta atrás.
Pero ¿este cambio es positivo o negativo para las energías renovables en México y el mundo? Continúa leyendo para conocer la respuesta.
Podríamos pensar que poco o nada tiene que ver la pandemia creada por el coronavirus (COVID-19) y las energías renovables, pero tienen una relación más cercana de lo que crees.
La pandemia a nivel global ha traído consigo un cambio de hábitos en todo el mundo. Muchas empresas han parado o reducido sus operaciones, disminuyendo el consumo de energía, mientras que las personas, al estar en casa, han consumido más energía eléctrica que nunca antes.
Por ejemplo, en México, más del 70% de la electricidad es consumida por las industrias y negocios en el país, siendo más de 188,000 GWh en estos sectores.
Aunque casi el 90% de los contratos de CFE sean de casas, su aumento en el consumo de electricidad no alcanza para compensar la energía que dejó de consumir el sector productivo del país.
Esto provocó que el consumo de electricidad a nivel nacional haya disminuido hasta 12% en algunas zonas del país.
Como ya lo hemos platicado en otro artículo, el Sistema Eléctrico Nacional tiene distintos “vendedores” de energía y compra la electricidad según la vaya necesitando el país. Por ejemplo, en la madrugada requiere comprar mucho menos energía que a las 8 de la noche, cuando todo mundo la está utilizando y hay mucha más demanda.
Al comprar la energía a estos “vendedores”, va priorizando a la energía más barata. La energía solar y eólica es hasta 10 veces más barata que la producida con otras fuentes no-renovables como el carbón. Esto se debe a que la energía renovable es prácticamente infinita al provenir del sol o el viento y no depende de la extracción de minerales del subsuelo. Conforme se acaba la cantidad de energía barata que puede comprar, busca a un vendedor con el siguiente precio más competitivo, y así sucesivamente.
Debido a la disminución de consumo de electricidad en México y el mundo debido a la pandemia, las energías renovables han podido abastecer más porcentaje de la demanda de electricidad, dejando fuera a las energías más caras, que coinciden con las no-renovables.
Esto provoca un menor precio en la energía total y sobretodo, han demostrado que la energía fotovoltaica y eólica pueden soportar el grueso de consumo de energía a nivel global.
Debido a este cambio de hábitos a nivel global, se prevé que la demanda de energía crezca para las renovables, pero disminuya para el resto de las fuentes, como muestra la gráfica anterior.
Sin duda, el coronavirus ha traído muchas pérdidas humanas y económicas, pero un efecto secundario a largo plazo es que impulsará de manera importante la penetración de las energías renovables en el mundo.
Al mismo tiempo que el planeta se vio afectado por los efectos del COVID-19, en el otro lado del mundo se gestó una guerra de precios en el petróleo, orquestada principalmente por los países árabes y Rusia. El exceso de oferta de petróleo aunado a la drástica disminución de demanda del crudo provocada por las medidas de contingencia incitó a una caída sin precedentes en el costo del petróleo.
Incluso, por primera vez en la historia, pudimos observar costos negativos del petróleo, ya que era más caro almacenarlo que poder colocarlo.
Históricamente, la subida o bajada del precio del petróleo ha provocado el auge o enfriamiento del uso de renovables en el mundo.
Si bien el petróleo y la energía renovable no son sustitutos directos, ya que el petróleo se utiliza para el transporte, mientras que las renovables para generar electricidad, sí hay áreas donde son compatibles.
Conforme la energía solar y eólica son más baratas, su adopción irá desplazando a otras fuentes de energía.
La calefacción que comúnmente utiliza gas será desplazada por fuentes eléctricas conforme vaya disminuyendo su precio al provenir de fuentes renovables, las fábricas que utilizan gas natural, un derivado de la producción petrolífera, utilizarán más energía solar y eólica al ser más barata.
Los automóviles con motores de combustión irán cediendo paso a los automóviles eléctricos. Para el 2050 se estima que la mayoría de los vehículos serán eléctricos y su principal fuente de energía provendrá de las renovables, al ser la fuente de generación más barata en el planeta.
Los bajos precios del crudo y el bajo costo de la energía renovable es una combinación que impulsará el crecimiento de las renovables, ya que los gigantes petroleros han comenzado a diversificarse, invirtiendo en otras fuentes de energía con mayor prospección a futuro, como la solar.
La apuesta a las energías renovables es una apuesta segura, actualmente estamos experimentando la mayor descarbonización de la economía y ha traído consigo grandes afectaciones a nivel global y nacional, como el impacto en el tipo de cambio.
La energía renovable será clave para el presente y futuro de la estabilidad económica del mundo, ya que su oferta y demanda es mucho más estable que el petróleo al mismo tiempo que es la forma más barata de producir energía, por lo que no solo irá cobrando relevancia en la generación de electricidad, sino que gradualmente desplazará al petróleo y al gas de sus funciones.
La crisis provocada por el coronavirus y la guerra de precios en el petróleo han provocado que el mayor ganador sean las energías renovables y el planeta.
Según Bloomberg, las emisiones globales caerán en más de 2,600 millones de toneladas métricas en 2020, la mayor caída de la historia. ¡Un respiro para nosotros y para el planeta!
A medida que las personas de todo el mundo consuman menos petróleo, gas y carbón, provocado por los cambios de hábitos durante el 2020, dará como resultado una disminución sin precedentes del 8% en las emisiones mundiales de dióxido de carbono, según un informe de la Agencia Internacional de Energía.
Para poner en contexto la disminución en la demanda de energía a nivel mundial, es como perder el consumo de la India durante todo este año. Sin duda, la industria energética que emerge de esta crisis será significativamente diferente de la anterior, como dijo Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
La industria solar será uno de los sectores que resultarán más atractivos para la inversión una vez finalizada la actual crisis sanitaria, ya que tiene diversas cualidades que la vuelven un buen negocio, como la generación de empleos, además de ser una energía más limpia y barata.
El mundo no debe de cantar victoria, es muy probable que el mundo enfrente una crisis sanitaria y económica igual o peor a la que estamos viviendo hoy en aproximadamente 10 años, si, al igual que en este momento, el mundo no está preparado para enfrentar las consecuencias de nuestra irresponsabilidad por el uso de fuentes fósiles.
Está en nuestras manos evitar la próxima crisis e impulsar el planeta hacia la sustentabilidad.
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